Cúneo Libarona en el entrevero republicano

La semana pasada el ministro de Justicia de la Nación, Mariano Cúneo Libarona, disertó en el Senado apoyando el proyecto que busca endurecer las penas para quienes denuncien falsamente delitos de violencia doméstica o abusos sexuales. Durante su intervención, dejó definiciones claras sobre el daño que provocan aquellos que hacen un uso indebido de las herramientas judiciales en busca de venganza o de causar perjuicios. Sin embargo, para no entrar en detalles que ya han sido cubiertos por diversos medios de comunicación, iré directo al eje de esta nota:

¿Hizo bien el Dr. Cúneo Libarona (Poder Ejecutivo) al acudir al Senado (Poder Legislativo) para hablar sobre un flagelo del Poder Judicial?

La teoría republicana establece que existen tres poderes que componen el gobierno y que deben funcionar de manera independiente, como si fueran compartimentos estancos. No obstante la realidad diaria nos demuestra que esa división no es tan clara como la teoría sugiere, y que en mayor o menor medida todo termina siendo un entrevero, un "menjunje" o una mescolanza.

Por norma general, los funcionarios de un poder no deberían interferir en las acciones de los otros a través de métodos directos como el tráfico de influencias, el lobby o maniobras similares. Sin embargo, es muy distinto que se abstengan de dar su opinión. Usar la división de poderes como excusa para no hablar o para justificar la tibieza de una postura es absolutamente cuestionable para cualquier persona que ocupe un cargo público. ¡Tampoco la pavada!

El cambio de rumbo político en Argentina con la llegada de Javier Milei al Ejecutivo, ha revolucionado los tres poderes, demostrando que la división es más teórica que práctica. Basta con ver cómo gran parte del Poder Judicial (en todos sus niveles) ha mostrado cambios inesperados en comparación con el gobierno anterior. Principios como la igualdad ante la ley, el beneficio de la duda y otros conceptos fundamentales han comenzado, aunque de manera paulatina, a resurgir de las cenizas como un Ave Fénix. Un ejemplo claro de esto es que hace tiempo no se leen fallos escritos con las letras "e", "x" ni otros artilugios ideológicos que nos habían impuesto a la fuerza. ¿Qué sucedió?

Queda claro entonces que los rumbos políticos derivados del sufragio popular tienen una fuerte injerencia sobre las tres ramas del gobierno. Pero esto no se limita únicamente al voto que se emite cada dos años; también demuestra la necesidad de involucrarse activamente, sin tibieza, en el ámbito más adecuado para cada uno. Algunos lo hacen desde la presentación o apoyo de nuevas leyes, otros desde la valentía de expresar su opinión sin miedo, y otros respaldando a quienes se la juegan en el barro con buenas intenciones.

Sea como sea, lo ideal es no quedarse observando el entrevero desde las gradas, sino animarse a ser protagonistas del cambio que queremos ver. Todo suma, todo aporta. ¡Viva la Patria!

Por Tincho Lehmann (@tincholehmann)

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